[Review] «El niño y la garza»: Colisión entre la vida y la muerte, el pasado y el futuro.
Por: Jossefina Rojas Caroca
Después de diez años desde el estreno de la última película dirigida por Hayao Miyazaki, el director japonés regresa con una nueva y enigmática cinta para los amantes de Studio Ghibli: El niño y la garza, que además fue galardonada con un Globo de Oro a mejor película animada.
A partir de este 11 de enero, el film se podrá ver en todos los cines del país, en una función atrapante de aventura y fantasía de dos horas.
La historia sigue la vida de Mahito, un chico de doce años que debido a los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial, pierde a su madre en un incendio tras un trágico bombardeo en la ciudad de Tokyo. A partir de este escenario, Mahito se ve forzado a rehacer su vida junto a su padre, quien contrae matrimonio con una nueva mujer.
Mientras Mahito trata de adaptarse a su nueva realidad y a lidiar con la perdida, una extraña garza gris se presenta ante él para convencerlo de que su madre aún sigue viva. Finalmente, después de múltiples intentos por el ave y la repentina desaparición de su madrastra, Mahito es guiado a una misteriosa y abandonada torre, la cual será el escenario principal donde se desarrollarán los sucesos de la historia.
Como la gran mayoría de las obras de Studio Ghibli, El niño y la garza no se queda atrás en el uso de metáforas y alegorías que complementan, la a veces difusa, línea narrativa.
En este caso, la película tiene múltiples elementos que pueden crear una sensación de agobio al espectador, ya que no es un largometraje fácil de digerir en cuanto a la historia. Esto, a su vez, hace que su análisis sea más desafiante que las películas anteriores de Studio Ghibli; sin embargo, y con un poco de contexto previo, se puede llegar a los diferentes mensajes que esta propone.
Animación y banda sonora: para contemplar y admirar
Ahora bien, antes de pasar a un análisis más profundo de El niño y la garza, no podemos pasar por alto lo increíble que es la animación y la banda sonora de esta cinta.
Nunca nos deja de sorprender la composición musical de Joe Hisaishi, compositor de cabecera en las obras de Studio Ghibli, al momento de enmarcar los bellos paisajes que se despliegan en la pantalla. Al mismo tiempo, la música logra capturar al espectador en los momentos de tensión, misterio y emocionalidad que la película presenta a lo largo de la trama.
Si bien, a veces la historia puede ser un poco “lenta” mientras se desarrollan algunos escenarios, El niño y la garza ofrece como contraparte la contemplación y sensibilidad de su animación, creando un sentimiento colectivo en la sala en torno a la belleza y detalle de lo que es una nueva película de Studio Ghibli por Hayao Miyazaki. Su esencia sigue intacta.
En tan solo dos horas, complementadas de una animación y composición musical delicada y emotiva, el largometraje pareciera que tratara de unir todos los elementos visuales y significados profundos de los films anteriores que hemos visto, adentrándose en los conflictos de guerra, crisis medioambientales, la pérdida, la fragilidad de la memoria y la reconexión del pasado y el futuro.
En pocas palabras, esta película se enfoca principalmente en seguir adelante, llevando sobre nuestros hombros la existencia y experiencia de quienes nos precedieron, pero sin ser una carga. El camino de Mahito es complejo, pues vive con el dolor, la presión y la culpa de no haber salvado a su madre. No obstante, en su trayecto, logra aceptar el sentido de los sucesos vividos y por vivir, mientras se desenvuelve con otros personajes que también buscan avanzar de esta manera.
Un homenaje a la vida y la obra de Hayao Miyazaki
Como una buena y profunda película de Ghibli, existe más de un mensaje e incluso pueden haber varios que por nuestras diferencias culturales, no podamos comprender e interpretar. Por lo mismo, es recomendable ver esta cinta más de una vez si gustas en entenderla de una mejor manera.
La película contrapone dos mundos, donde la vida y la muerte colisionan constantemente, algo muy parecido con la crisis interna que refleja el protagonista en su camino a rehacer su vida.
Una clave para entender El niño y la garza es el libro ¿Cómo vives? (1937) de Genzaburo Yoshino y que aparece en un momento de la trama. De hecho, el título original de la película en japonés es el del libro, pero fue comercializado en occidente como el que conocemos. Si bien, el film de Studio Ghibli no es una adaptación a esta obra, si incluye una línea filosófica y narrativa parecida como fuente de inspiración, el cual sigue la vida de un niño que enfrenta su crecimiento espiritual y experiencias del ser humano bajo los consejos de su tío. Gracias al estreno de El niño y la garza, incluso se generó un aumento de ventas y reimpresiones del libro en Japón.
Otra de las grandes reflexiones de esta película, es interpretarla como un propio reflejo de la vida de Hayao Miyazaki. Hasta la fecha, el director de animación japonés ha intentado retirarse cuatro veces: después del estreno de las películas La princesa Mononoke (1997), El viaje de Chihiro (2001), Se levanta el viento (2013) y con esta nueva entrega, de la cual otra vez tuvo que retractarse.
Desde siempre, el gran referente de la animación japonesa para el séptimo arte ha sido Miyazaki, sin embargo, esto ha cambiado. El mundo de la animación en la pantalla grande avanzó por otro camino, dejando las maravillas de Ghibli casi obsoletas en cuanto a taquilla y a las preferencias de un público más comercial, con grandes éxitos como Your Name (2016), Demon Slayer: Mugen Train (2020), Suzume (2022) y The Frist Slam Dunk (2022), las cuales sin desmerecer las grandes obras que son, efectivamente apuntan a una visualización distinta de lo que es trama y arte en películas animadas.
La animación japonesa avanza sin Hayao Miyazaki como director, y podemos ver en el largometraje escenas importantes sobre la necesidad de dejar un legado y la búsqueda de construir un mundo bajo nuevos parámetros y visiones.
¿Es la creación y destrucción del universo planteado en El niño y la garza una referencia del propio director y sus obras anteriores? Pues en más de una ocasión, la película nos demuestra que este es uno de los múltiples mensajes que en ella se esconden. Es irónico además, crear una película sobre dejar ir y aceptar los nuevos comienzos, cuando el mismo director no puede cumplir ese deseo.