¿Alguna vez las leíste?: Mira las 5 revistas de anime que llegaron a Chile
El fin de semana pasado en nuestras redes sociales subimos una portada de la extinta revista «Minami 2000» donde se muestra la exitosa -y tóxica- serie «Marmalade Boy», el cual está dedicado más de 4 páginas hablando de su historia y también de lo que ha dejado el anime.
A fines de los 90 y parte del 2000 el internet era muy limitado y para saber de las novedades del anime, teníamos que recurrir a revistas extranjeras para conocer de nuestras series favoritas, aunque con varios meses de retraso ya que en su mayoría eran importados desde España y Argentina.
Por esa razón que te invitamos nuevamente a nuestra «máquina del tiempo kawaii» y te mostramos un top con las cinco revistas que llegaron a nuestro país.
1.- Minami 2000
Como te comentábamos al principio, en Chile llegaba mucho la Minami, una revista de origen español fundado en diciembre de 1998 y creado por Lázaro Muñoz, un joven estudiante que saltó a la fama por realizar fanzine (revista casera) sobre la cultura geek a inicios de los 90, y que pasó de ser redactor de la conocida revista Dokan hasta ser director de la revista.
Minami se ha caracterizado por anunciar varios lanzamientos para el país ibérico como películas, algunas series de anime estrenadas por televisión, las novedades del manga, e incluso tenían una sección exclusiva relacionado con lo «sukulento».
En la revista también venía con CD interactivo con videos, fotos y juegos de los anime de moda. La revista estuvo en circulación por 10 años, dejando de existir en 2008 con 102 ejemplares.
2.- Dokan
Esta revista, también de origen española, había llegado a nuestro país y que estuvo en circulación entre 1998 y 2005. Su contenido se basa generalmente en noticias de manga, lanzamientos provenientes de la distribuidora SelectaVisión, reportajes de las series, fanarts, y reviews de shojo y shonen.
También entrega páginas web recomendadas de anime y los lanzamientos de los CD-Rom importados desde Asia. Una verdadera enciclopedia otaku de los 2000.
3.- Anitype
A diferencia de las anteriores, Anitype se ha caracterizado por traer en aquel tiempo lo último de lo último del anime, ya que en su mayoría son bastante desconocidas y muy nuevas para el público occidental. No hay mucho que destacar de la revista, ya que en su mayoría son noticias respecto a lanzamientos de series, los animes que están en tendencia por aquellos años, reportajes y salidas a convenciones, y los fanarts enviados por los lectores.
4.- Otaku: Última generación
Desde el otro lado de la cordillera nos llegaba esta magistral revista especializada. Otaku: Última generación es una revista -obviamente- para otakus, pero a diferencia de lo que llegaba desde España, tenían información actualizada respecto a películas, manga y anime.
En ella, pudimos observar la publicaciones de entretenidos reportajes sobre animes nuevos y clásicos con un resumen completo de cada una de ellas. Reviews de películas y noticias relacionadas de la industria.
5.- Kyodai Magazine
Chile no se quedó atrás en cuanto a novedades del anime. A inicios de la década del 2000 existió una revista llamada Kyodai, una revista salida desde el underground hecha para fanáticos del género, liderado por Adolfo Lira y Felipe Choupay, y publicado por la Editorial Valhalla en Valparaíso.
El contenido de esta revista es bastante variado, ya que cuenta con reviews de los animes que van llegando a nuestro país, biografías de los mangakas, merchandising, reportajes, columnas de opinión y fanarts.
Pese a que no tenían ingresos grandes y que la temática de anime aún seguía siendo de nicho para esa época, se ve muchos auspicios de tiendas de Kurgan, especializada en videojuegos en la ciudad porteña y de la desaparecida tienda Majin Boo en Eurocentro. Es probable que esos locales hayan servido de punto de venta de la revista, ya que sólo se podía encontrar en tiendas especializadas.
La mayoría de sus páginas son en blanco y negro, y a pesar de lo artesanal que fue hecha la revista, Kyodai fue una de las más populares por los otakus chilenos, además de ser muy accesible, ya que cada ejemplar costaba apenas $1000.