Actualmente el anime está a la orden del día
Hay infinitos servicios de streaming, se puede ver anime en distintas plataformas, incluso en redes sociales abundan las cuentas con listas de reproducción de dudosa legalidad que poseen las temporadas completas de diversas series.
Hace quince años esto no era así.
Hace quince años querer ver anime más allá del que se mostraba en televisión era complicado, había que ir y comprar DVDs -también de dudosa procedencia- en tiendas que solo se encontraban en Santiago Centro o hacerlo a la antigua, buscar en YouTube cada anime, con una definición horrible y con cada capítulo dividido en 5 partes.
Así, con esfuerzo y mucha paciencia, nos formamos varios de los otakus de mediana edad actualmente, YouTube tenía para ofrecernos diversas categorías. Había shōnen, shōjo, seinen, había musicales y recuentos de la vida.
Nunca olvidaré la magia que sentía al quedarme después de clases, ir a la sala de computación de mi colegio (porque no tenía ni computador ni internet en mi casa) y mirar un capítulo al día de Ouran High School Host Club.
A mí sólo me queda la nostalgia del ayer y agradezco sumarme a los privilegios del hoy.