[Columna] «Slam Dunk»: convirtiendo otakus en deportistas desde 1990
Por: Catalina Espinoza
“Porque soy un basquetbolista” es la frase que usa Hanamichi Sakuragi para rechazar unirse al equipo de judo, pero también es la frase que marcó a toda una generación de fans para demostrar su amor por una serie.
Takehiko Inue estrenó “Slam Dunk” a principios de los años noventa en la renombrada “Weekly Shōnen Jump”, que en la época ya contaba con millones de lectores gracias al éxito de sagas como “Dragon Ball”. La franquicia demostró que para que una historia sea victoriosa no necesita de superpoderes, mundos de fantasía ni grandes batallas en colores fluorescentes, sino que basta con que tenga corazón para que miles de lectores puedan empatizar con el ex-pandillero que se redime a través del deporte.
Aunque en aquella época (los 90’s) el basketball estaba triunfando en occidente, en Japón era increíblemente impopular, tanto así que el mismo editor de Inue le advirtió que era riesgoso tocar un deporte del que casi nadie había escuchado para crear una nueva serie manga.
Con más de 120 millones de ejemplares vendidos a nivel global, “Slam Dunk” muy al estilo propio de Hanamichi continuó probando a todos lo equivocados que estaban. Rápidamente se posicionó como un favorito en el corazón de los lectores de Japón y en todo el mundo. Por lo mismo, es que no es una exageración decir que la serie y el manga pusieron a Japón en el mapa del baloncesto, y que con los años volteó los ojos de miles de ciudadanos del país del sol naciente en este deporte.
Hanamichi Sakuragi comenzó a jugar al basket para impresionar a su crush. De la misma forma, la serie marcó a toda una generación: inspirando a adolescentes japoneses a competir, jugar y hasta triunfar en el deporte. Todo como una manera de sentirse más cercanos a su personaje favorito.
17.166 kilómetros al oeste, Chile no es la excepción. Quienes crecimos en los noventa hemos mantenido un particular vínculo con el anime gracias a las historias de Doraemon con su bolsillo mágico, los Niños Elegidos para salvar el Mundo Digital y por supuesto la divertida rivalidad entre Rukawa y Sakuragi. Así que como parte de esta generación, naturalmente el anime inspiró varias de mis decisiones, entre ellas, comenzar a jugar basketball en la escuela.
Algunos años más tarde, y con la noticia del estreno de “The First Slam Dunk” en nuestro país y la previa maratón de Senpai para acompañarlo, mi primera decisión fue ir y comprar una pelota de basquet para practicar lanzamientos.
Claro, incluso cuando jugaba nunca fui demasiado buena. Y con un metro con cincuenta y siete centímetros de altura jamás iba a lograr una clavada, pero en mi cabeza soy tan genial como Hanamichi exclama serlo cada que vez que puede.
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